No hay lugar más oportuno para albergar el dolor que en uno mismo. Cuando éste revienta, abre sus fauces para exprimir y eliminar todo el amor que llevamos dentro, o que somos capaces de llevar.
Pleno de amor excluso ha de encontrarse un corazón que llora por cada calle, cada esquina, cada acera, cada casa, edificio o rascacielos.
Ese corazón es el mío.
http://www.youtube.com/watch?v=r_8ydghbGSg&ob=av3e