jueves, 27 de enero de 2011

Siento una presencia tras de mí. Algo o alguien que me persigue; que me acosa. Noto como mi respiración se agita cada vez más y más. Mi ritmo se acelera y percibo cómo mis pulmones se oprimen. Me falta el aire. Pero no puedo parar de correr. No mires atrás, no mires atrás, no mires atrás... Solo corre.


 La noche se me ha hecho repentinamente oscura. Dificulta mi visión de los obstáculos con los que me voy cruzando y caigo! La angustia recorre todos los poros de mi piel. Se puede sentir en el sudor que emana de ellos. Los vellos de punta. No tengo fuerzas para levantarme. Por más que lo intento no puedo incorporarme.


Siento repentinamente un ligero contacto de algo desconocido con mi espalda, que comienza a tirar de mi suavemente... El tirón cada vez es más intenso. Siento lo molesto que puede llegar a ser. Me acurruco en el suelo, casi como un niño pequeñito. Indefenso, inmaduro... Ese algo, me atraviesa la espalda, con un dolor intenso y estruendoso que hace romper todos los huesos de mi columna.


Ahora lo entiendo todo. Es mi alma que se la llevan. 


Ser indigno, que te hiciste con ella, al menos hazme un favor, cuídala. =/


Despierto.

2 comentarios:

  1. Supongo que aquel que se lleva un alma con tantas ganas y tanta fuerza y que tanto ansía, será aquel que pretende cogerla de todas maneras, si pone tanto empeño y te hace tanto daño es que necesita esa alma tuya y no sabe qué más hacer para cogerla.
    Seguro que anda en buenas manos ;)

    ResponderEliminar
  2. Sabes? Aunque parezca mentira, hasta hace dos segundos no pensaba así, pero justo antes de leer este comentario, he visto un vídeo, en concreto éste: http://www.youtube.com/watch?v=Qf71U4sErQU&feature=feedbul , que me ha hecho darme cuenta de que lo que tu dices es totalmente cierto. Justo después he leído tu comentario y parecía tanta la casualidad que incluso me he asustado.

    Esto me ha generado la necesidad de crear una nueva entrada. Allá va ;)

    Gracias, JoZe =)

    ResponderEliminar