No hay derecho. No hay derecho a que cada día tenga el motivo suficiente como para derramar mares sobre mis brazos, mis piernas, la mesa, el hombro de un buen amigo o amiga...
Observas a tu alrededor, como todos se divierten y se ríen constantemente. Eso hace que te hundas más y más en tu depresión. A veces las ganas de salir de ese bache no son suficientes; no compensan. Tus amigos hacen lo posible por ayudarte. En muchas ocasiones funciona, pero hay en otras que no.
Llega un límite. El límite en tu vida en el que te planteas qué has estado haciendo todo este tiempo. En qué lo has estado perdiendo. Y comienzas a llorar. Y a llorar. Y a lamentarte.
Y a fustigarte por saber que el pasado ya no tiene remedio, el presente lo estas desperdiciando y el futuro es impredecible.
Luchas por cambiar y mejorar este presente, para poder augurar un futuro mejor y poder olvidar las cosas de las que te arrepientes sobre tu pasado. Pero vuelves a llegar a ese límite y a darte cuenta de que todo tu esfuerzo no ha sido de ninguna manera recompensado.
¿Y cual es la solución a todos estos problemas?
TE JODES, Y SIGUES LUCHANDO...
Es lo que hay... :)
Seguir luchando es siempre la mejor opción! Ánimo. =)
ResponderEliminargracias ^^ no me queda otra =D
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